sábado, octubre 28, 2006
Bienvenidos al blog sobre el Dúo Salteño
En 1967 se forma el Dúo Salteño integrado por Néstor “Chacho” Echenique y Patricio Jiménez, bajo la dirección musical de Gustavo “Cuchi” Leguizamón.
El Dúo Salteño aparece como una invención única y polémica en sí misma. Representa uno de los momentos más vanguardistas del folclore. En dos voces hacen la síntesis del acorde. Las voces cantan simultáneamente dos melodías independientes. El resultado da una sensación de multiplicidad de voces, aunque son sólo dos, y una perspectiva de gran profundidad.
La gran innovación del “Cuchi” Leguizamón es que reúne dos formas musicales; la baguala y la zamba. La escala en la que se asienta la baguala es precolonial: consta de tres tonos que coinciden con las notas de cualquier acorde perfecto mayor. La zamba adopta escalas europeas antiguas o modernas. El “Cuchi” une las escalas europeas con la precolonial americana tritónica y dos formas rítmicas diferentes, ya que la zamba está estructurada en compás de 6 x 8 y la baguala, más amorfa, tiene un ritmo libre, menos fijo.
La originalidad del Dúo no sólo se manifiesta en el plano armónico, sino también en su manera característica de expresar el canto. Logran una expresión particular e irrepetible producto de una perfecta combinación del canto agudo y bagualero de “Chacho” Echenique que, con su registro de contratenor, puede octavar y subir a alturas insospechadas y el timbre profundo de Patricio Jiménez que, con su registro de barítono, canta la segunda voz. La armonía produce disonancias pues las voces se juntan y se separan en intervalos de séptimas, segundas menores, cuartas y quintas disminuidas. Se evitan los finales al unísono y el canto paralelo en terceras o sextas.
El modo de interpretar la zamba, con un tiempo más pausado y con un estilo diferente para cada tema, dan origen a un nuevo canto.
Las letras de las canciones pertenecen a poetas como Manuel Castilla, Armando Tejada Gómez, Gustavo Leguizamón, Atahualpa Yupanqui y Chacho Echenique: En ellas, resplandecen las imágenes entrañables de nuestra mejor poesía, reflejando al ser humano en su paisaje, sus costumbres y sus sentimientos más sutiles y profundos.
Durante su prolongada ausencia de los escenarios, su música se transformó en música de culto. El Dúo Salteño, en su repertorio, recrea temas tradicionales y da nacimiento a otros nuevos, nunca cantados, y es esta conjugación de lo antiguo y lo moderno lo que los mantiene vigentes. En su regreso, han sido y son ovacionados por tres generaciones sucesivas.
INTEGRANTES
Néstor "Chacho" Echenique y
Patricio Jiménez
FECHA DE FORMACIÓN
1967
GRABACIONES
1969 - Dúo Salteño I (Phillips S.A.I.C)
1971 - El Canto de Salta - Dúo Salteño y
Gustavo Leguizamón
(Phillips S.A.I.C)
1973 - Dúo Salteño II (Tonodisc)
1974 - Dúo Salteño II (Tonodisc Editado en
Japón)
1974 - Dúo Salteño III (Tonodisc)
1983 - El Canto de Salta - Dúo Salteño y
Gustavo Leguizamón
(Polygram - Reedición)
1984 - Como quién entrega el alma
(Polygram)
1986 - Madurando Sueños (Polygram)
1991 - Vamos Cambiando (Melopea)
PREMIOS Y MENCIONES
1969 - Tercer Premio en el Festival
Iberoamericano de la
Danza y la Canción. (Luna Park - Ciudad de
Buenos Aires)
1969 - Revelación en el Festival de Cosquín
1990 - Premio Tierra (UNESCO para el
Desarrollo Cultural)
1990 - Nombrados Socios de Honor de la
UNESCO
2005 - Declarados Ciudadanos Ilustres de la
Ciudad de San Fernando del Valle de
Catamarca
2005 - Declarados Ciudadanos Ilustres de la
Ciudad de Salta
REPERTORIO
Los temas pertenecen, principalmente, a
Manuel J. Castilla y Gustavo Leguizamón
También incluyen otros autores como
Atahualpa Yupanqui, Sixto Ríos, Hnos. Núñez,
Alfredo Zitarrosa, Armando Tejada Gómez y
temas de su propia autoría
NOTA
Interrumpen su actividad en el año 1992 y
vuelven a los escenarios en octubre de 2005
En septiembre de 2006 realizan su primera gira internacional
a las Islas Canarias.
Participan en el Festival de Teror (Gran Canaria)
Festival Sabandeño (La Laguna - Tenerife)
Crónica de Teror

El viernes 1 de septiembre actuaron en el Festival de Teror (un pueblito del interior de la Isla de Gran Canaria).
Había unas dos mil personas en la Plaza del pueblo.
El gran escenario se montó delante de la Catedral, donde el cura dispone los horarios para probar sonido, ya que no puede el arte interrumpir sus misas.
Allí a las 21 horas apareció el Dúo Salteño (acompañados por Gustavo Gancedo en la guitarra) y sus voces honraron por primera vez la tierra española, la tierra canaria.
La gente del pueblo detuvo sus saludos y su gracia al hablar, para escuchar ese canto que surge vaya a saber de que ángel endiablado. El silencio comenzó a inundar la plaza.
Zamba del Silbador sonó primero y un aplauso estalló al terminar.
Patricio Jiménez y Chacho Echenique, antes de cada tema contaban al público que Juan Panadero dejaba la puerta abierta para toda la gente pobre, que en las noches de invierno se acercaba a los hornos de pan para abrigarse y comer el pan...; que Doña Ubensa, esa madre americana era una mujer que vivía en la Puna, allá en lo alto, con su canto, sus ovejas, su dignidad. Y luego con la Catedral por detrás
se oyó...
Ando llorando p´adentro
aunque me ría p´ajuera
así tengo yo que vivir
esperando a que me muera
Le doy ventaja a los vientos
porque no puedo volar
hasta que agarro mi caja
y la empiezo a bagualear
Mi raza reza que pedirá
allá en el Monte de Caridad
no tiene tiempo, ya no da más
reza que reza, por qué será
Me persigno por si acaso
no vaya que Dios exista
y me lleve pal´infierno
con todas mis ovejitas
No sé si habrá otro mundo
dónde las almas suspiran
Yo vivo sobre la tierra
trajinando todo el día
Fue increíble el aplauso de la gente, a muchos les rodaron lágrimas
y la emoción inundó la plaza.
Algunos canarios venidos de la capital de la isla (Las Palmas de Gran Canaria) pedían Balderrama... Elogio del Viento... Vamos Cambiando...
- "Hace treinta y cinco años que los estábamos esperando", gritó un músico canario con lágrimas en los ojos.
Es que aunque Chacho y Patricio nunca salieron de Argentina, su canto como un puente, unió culturas tan diferentes y tan semejantes en sensibilidad.
La comunicación fue total y se fueron cantando La Coplera de las Cocinas y como bis La Arenosa, aplaudidos, queridos y agasajados por el Alcalde de Teror, quien les entregó el Farol del pueblo.
Una noche bajo las estrellas, en el suelo de Teror, el Dúo Salteño nos emocionó a todos!
viernes, octubre 27, 2006
La XXVIII edición del Festival contó con la participación del Dúo Salteño y Tania Libertad
LA GACETA DE CANARIAS
11 DE SEPTIEMBRE
ESTEFANÍA MARTÍN
LA LAGUNA.– Los Sabandeños celebraron este fin de semana su 40 aniversario por todo lo alto. La cita, la vigésimo octava edición del festival que lleva su mismo nombre y que se celebra en la plaza del Cristo de La Laguna desde 1972.
Como es tradicional, el encuentro se dividió en dos partes desarrolladas en las noches del vie
LA GACETA DE CANARIAS
11 DE SEPTIEMBRE DE 2006
ESTEFANÍA MARTÍN
LA LAGUNA.– Los Sabandeños celebraron este fin de semana su 40 aniversario por todo lo alto. La cita, la vigésimo octava edición del festival que lleva su mismo nombre y que se celebra en la plaza del Cristo de La Laguna desde 1972.
Como es tradicional, el encuentro se dividió en dos partes desarrolladas en las noches del viernes 8 y el sábado 9. En la primera de ellas, desde La Perdoma, en La Orotava, los chicos de Magec, que presentaron varios temas entre los que se encontraban canciones de su primer disco titulado Ratos de parranda, consiguieron poner en pie a los asistentes que acudieron a esta velada.
Tras ellos, el mítico Dúo Salteño, una institución cultural que revolucionó el folklore argentino, sorprendió con sus originales voces y su renovada música al público, que arropó esta actuación con el calor de sus aplausos. El cierre, a cargo de Los Sabandeños, supo a poco, pero se reservaron para el último tema invitando al Dúo Salteño a cantar "Merceditas", una canción del litoral argentino. Se sintieron las disonancias maravillosas de estos dos argentinos.
La plaza los ovacionó.
Elfidio Alonso director de Los Sabandeños les entregó una cerámica y otros obsequios, manifestando su profunda admiración y agradecimiento
El segundo encuentro en el que la parranda Chimia, de Lanzarote, abrió un espectáculo cargado de buena música y buenas voces.
Los nueve componentes de esta formación constituida desde el año 1996 hicieron vibrar a una abarrotada plaza del Cristo. Y es que no fue para menos. Las gargantas de los jóvenes se disputaron el aplauso del respetable que no paró de bailar y cantar durante toda su intervención. Unos excelentes cantadores e instrumentistas, como Juan Manuel Padrón Niz, Pedro César Pérez Rojas, Florián Corujo Perdomo, Francisco Hernández Callero, Ángel Rodríguez Umpiérrez, Sergio Batista Robayna, Orlando Niz Andueza, Salvador Pérez Machín y Carlos Pérez Ferraz.
A su término, irrumpió en el escenario la fuerza racial de los sonidos afrocubanos de los músicos de Tania Libertad, la cantante de la paz, nombrada así por la Unesco y la voz más cándida de Perú. La obertura de Libertad la realizó su pianista, componente de Síntesis, un grupo cubano reconocido por su marcador carácter innovador en este tipo de fusiones. La peruana de ojos cristalinos recordó canciones de Pablo Milanés como El breve espacio en que no estás, de Chabuca Granda, como Fina estampa y la ranchera La que se fue, de José Alfredo Jiménez.
El colofón de la fiesta de los laguneros fue obra de los anfitriones de este encuentro popular, que hicieron un repaso por su discografía y presentaron dos videoclips de su último trabajo Diamante, que recoge sus canciones más emblemáticas y conmemora estas cuatro décadas del grupo en activo.
Sorpresa
La sorpresa llegó de la mano de la concejal de Fiestas del Ayuntamiento de La Laguna, Julia Dorta, que entregó a Elfidio Alonso, director de Los Sabandeños, una tarta de cumpleaños a la que no le faltó la manta esperancera, atuendo canario identificativo de los de Sabanda. Alonso, se mostró agradecido y emocionado e invitó al público “a participar siempre de la música”, momento que aprovechó además para presentar las nuevas incorporaciones.
Una vez concluida su actuación y como sorpresa final, la parranda Chimia subió de nuevo al escenario para cantar junto a los de La Punta y despedirse así un año más de este encuentro con el folklore y la tradición en estado puro.
El Festival Sabandeño se ha consagrado por la importancia de las figuras que han participado en él a lo largo de estos años como desde Chile, Quilapayún, Inti Illimani e Illapu. De Venezuela, Soledad Bravo, Lilia Vera, Serenata Guayanesa, de Cuba, Albita Rodríguez, Omara Portuondo, de Argentina, Eduardo Falú, Los Andariegos, Víctor Heredia, Peteco Carabajal, Horacio Quiroga, Opus Cuatro. De México, Mariachi Tamazula y Los Tecolotes. De Puerto Rico, la Orquesta Nacional Mapeyé. De Marruecos, Muluk El Hwa. De Cabo Verde, Simentera. De Portugal, Antonio Rocha. Y cantautores españoles como Paco Ibáñez, Raimon, Amancio Prada, José Antonio Labordeta, el grupo asturiano Muyeres, María del Mar Bonet, Manuel Luna, los canarios Mestisay, Non Trubada, Mari Carmen Mulet, José Antonio Ramos, Benito Cabrera.
Fecha de Publicación: 11/09/2006 - 13:07:38
domingo, octubre 22, 2006
Clásico es el primero que asegura serlo

La Voz del Interior
Domingo 22 de octubre de 2006
Edición impresa Espectáculos
En la vertiginosa y constante invención de la realidad que es necesario practicar para no quedar al margen de la a veces incomprensible experiencia de vivir que estas épocas nos proponen, ¿qué querrá decir ser un clásico? ¿La institucionalización más o menos casual y arbitraria de una vieja costumbre? ¿Un pedazo de tiempo detenido y vuelto a sincronizar según necesidades afectivas, económicas, sociales o religiosas? ¿La consagración de una maña elevada a rito? ¿La quintaesencia de la virtud explicada? Según las pruebas que día a día nos proporciona la realidad, en estos tiempos de relativización de las necesidades colectivas y urgencias individuales –sálvese quién pueda, por decirlo de alguna manera– un clásico puede ser cualquier cosa: lo que uno quiera o lo que necesite. Así como en los límites de la modernidad alguien –dicen que fue Andy Warhol, pero no viene al caso ponerse a discutir de eso ahora– dijo que el mundo está más o menos listo para complacer con merecidos 15 minutos de fama a cada uno de sus habitantes, en los zaguanes del nuevo milenio estaríamos en condiciones de asegurar que a través de esos 15 minutos de celebridad cada uno podrá convertirse en un clásico, siempre que lo creyese conveniente. Así las cosas, al final de cuentas no sería difícil llegar a la conclusión de que un clásico, así como alguna vez pudo ser una cuestión de espesor y de tiempo, ahora es más una construcción personal y subjetiva, una convicción, una cuestión de decisión. De actitud, digamos.
Clásicos viejos. En música, por ejemplo, se suele decir que al clasicismo musical vienés –alguna vez considerado el más clásico de los clasicismos– lo inventó Haydn, después Mozart lo elevó al punto más alto y más tarde vino Beethoven y lo destruyó desde la idea de progreso que le permitió pasar de época. Colorida manera de explicarlo; pero habría que agregar que todo esto sucedía sin la conciencia de los protagonistas, porque los que lo explicaron así llegaron después de que las cosas sucedieran. Es decir ellos –Haydn, Mozart y Beethoven– no fueron clásicos hasta que la historia reconstruyó el mosaico según un criterio determinado y variable a lo largo de las épocas, según el famoso cristal con que se mire. Por eso lo que ayer fue clásico hoy puede ser olvido y lo que ayer fue nada hoy puede ser clásico; y así clásico no quiere decir nada. Pero como suele suceder con los dioses, que cuando no quieren ir a algún lado mandan un arcángel rubio en representación –o con las empresas multinacionales–, los clásicos universales tienen sus corresponsales regionales y así el concepto le va ganando terreno al temido olvido.
Clásicos románticos. Todo esto viene a cuento porque este fin de semana el Teatro del Libertador –alguna vez templo vernáculo de los clásicos universales y hoy espacio abierto como para justificar una existencia que ya no se distingue de la de cualquier otra sala, total, regional o universal, todo puede ser explicado como clásico– albergó clásicos de todas las especies. El jueves se presentó el dúo integrado por la violinista Clara Cernat y la pianista Thérèse Dussaut. Las intérpretes francesas dedicaron la primera parte del concierto –organizado por la Alianza Frances de Córdoba– a Wolfgang Amadeus Mozart, en el año de las celebraciones por los 250 años de su nacimiento. Si pensamos que la obra del austríaco sintetiza lo que lo precedió y anticipa lo que va a suceder, podemos aceptar que tiene los papeles en orden como para ser considerado un clásico en serio ¿o no? El programa incluyó en la primera parte la Sonata KV 379, la Fantasía KV 397 para piano solo y la Sonata KV 403. Pero lo mejor de la noche estuvo más allá del homenaje; las características de los intérpretes, evidentemente ligados a una tradición instrumental más cercana al énfasis romántico que a la gentil ligereza mozartiana, fueron las mejores para lograr lo que lograron: una excelente versión de la Sonata Op. 105 de Robert Schumann. ¿Un clásico?
Clásicos por herencia. Otro de los clásicos que pasó por el coliseo mayor de la ciudad fue el Dúo Salteño, que el viernes convocó a un público numeroso, compuesto por jóvenes curiosos –categoría cuya probable extinción comprometería la vigencia de los clásicos en cualquiera de sus dimensiones– y viejos con ganas de volver a sentir esa felicidad que alguna vez los hizo jóvenes curiosos constructores de clásicos. Patricio Jiménez y Chacho Echenique no vienen de la Viena del siglo XVIII, sino de la Salta de Castilla y Leguizamón, que por un decreto de necesidad y belleza podrían considerarse descendientes directos de aquellos clásicos y aún de otros más clásicos todavía. En poco menos de dos horas el dúo logró hacer más música que la que se pudo haber hecho en las últimas 10 ediciones del festival de Cosquín, por tomar un ejemplo. Aún sorprende escuchar esos contrapuntos y esas voces que además de crear disonancias sugestivas despliegan un juego armónico audaz, sobre un repertorio que por el equilibrio poético musical –convendría no separar estos aspectos para que una canción sea una canción– podría considerarse clásico. Además, si cuando un artista aparece en escena y antes que haga nada ya el público le adelantó un aplauso espeso, largo y sentido –como sucedió el viernes– sin duda se ve venir un clásico. El primero de los temas fue Bajo el azote del sol, de Leguizamón y Antonio Nella Castro y el segundo uno de esos maravillosos retratos que solían hacer Leguizamón y Castilla: Chaya por Toconás, un tema que según comentaba Chiquito Catramboni –integrante de aquellos Trovadores– está en el primer disco del dúo, "el que resume todo lo que son", dijo. Entre otras páginas memorables siguieron la milonga Tiempo de mayo, la chacarera El hombre del ají, la estremecedora zamba Cartas de amor que se queman, El arriero y otros temas que formarán parte del disco que según aseguran comenzarán a grabar en estos días. Al final, se despidieron con los clásicos –siempre ellos– La arenosa, La pomeña y Zamba de Juan Panadero, esa que empieza cantando "Qué lindo que yo me acuerde..."
Santiago Giordano
sgiordano@lavozdelinterior.com.ar
Para el Dúo Salteño, hay vida después de la nostalgia
Gabriel Abalos - Especial para LA MAÑANA
La edad promedio de la platea hablaba del imperio de la nostalgia, lo que en mi caso quedaba disimulado tras el trajín periodístico. Desde su creación en 1967, el Dúo Salteño inyectó en el imaginario musical argentino unas cuantas ideas que nunca se habían oído en el folklore, de la mano maestra del Cuchi Leguizamón. Para nostalgia hay tela que cortar. El floruit del Dúo fue por los setenta, tiempos violentos, y también creativos, desbordantes. Muy buena época para el folklore, si las hubo.
Como nos hemos puesto escépticos, sabemos que no podemos realcanzar el pasado y, además, que si algo alcanzamos de él estará siempre fuera de contexto. Así acudimos a vivenciar el retorno del Dúo. Que ya había estado en Cosquín y este año tocó en La Trastienda, en Buenos Aires. El reencuentro en el San Martín comenzó con una ovación preliminar, al solo alzarse de las cortinas. Cheque en blanco como la barba de Patricio Jiménez, para él y para Patricio Echenique, acompañados esta vez por el guitarrista cordobés Gustavo Gancedo, que se les pegó en París.
La zamba “Bajo el azote del sol”, fue lo primero que se oyó en el silencio absoluto de la platea presta a sumergirse en esta revivificación de la memoria. Y el Dúo fue confirmando, tema a tema, algunos sustentos para emerger con la memoria para nada maltratada en este careo con el hoy. Para empezar, las voces siguen estando frescas, lo cual es un aspecto sustantivo. En segundo lugar, se trata de un reencuentro con el Cuchi, fundador, arreglador, maestro del Dúo Salteño, quien le dio su sello estilístico a partir de la materia prima vocal de Chacho y Patricio. Varios de los arreglos de Leguizamón son rescatados en el repertorio actual del Dúo, y dan ocasión de conjugar memoria y actualidad para llegar a la conclusión de que en eso precisamente consiste ser un clásico. Y el encuentro de la música del Cuchi con el color vocal del Dúo, vuelven a funcionar, desarmando todo escepticismo.
Temas como “El arriero” de Yupanqui en el arreglo de Leguizamón, sirvieron para mostrar cómo el genio del Cuchi nos hace volver a escuchar ese viejo tema bajo otra luz. Por supuesto que algunos intervalos finales de muchos arreglos se repiten hasta formar un cierto cliché, que hay revelaciones ya formuladas por el Dúo y que no todo puede re-revelarse todo el tiempo. Pero hay también mucho, muchísimo para oír y ser todavía sorprendido.
Temas como “Coplas para la luna” de José Moreno y música de Rolando Valladares,
“Zamba del imaginero”, de Tejada Gómez y Leguizamón, o “Canción de cuna para el vino”, de Castilla y Leguizamón, nos retrotraen al futuro dormido en esas canciones de hace varias décadas, al punto de encaje donde el folklore musical argentino alcanzó una mirada crítica, abierta y madura.
El retorno funciona, los cantantes son mejores juntos que por separado, el Dúo sigue siendo aquel, ese color, el empleo del falsete por Chacho, la segunda de Patricio, los temas y los arreglos del Cuchi. Con los ojos cerrados, en la penumbra del San Martín, se podía vislumbrar la misma energía original, y no caía en saco roto.
sábado, octubre 21, 2006
OPINAN LOS ARTISTAS ACERCA DEL REGRESO DEL DÚO SALTEÑO
Nada más exquisito, nada más original ni más sentido que ese abrazo vocal del Chacho y Patricio poniéndole flores primaverales a este largo invierno de la música folklórica.
¡Bienvenidos! ¡Mil veces bienvenidos a casa otra vez!"
Víctor Heredia
"Conocí al dúo en persona en un boliche de Palermo Viejo hace unos quince años y tuve la intención de acercarme a charlar un poco y saludarlos, pero no me animé, no se dio la oportunidad.
Les quería decir que los admiro desde que cantan juntos, que tengo su material y que me acompaña de manera constante. Inclusive he regalado a mis amigos de afuera discos del dúo. Creo que hacen una música rica, cantan un repertorio exquisito y afinan y juegan con la armonía de una manera saludable. Han creado un estilo, totalmente diferente al de los dúos folclóricos o tangueros y escucharlos es saber que son ellos los que cantan. Son inconfundibles. Ellos son la
verdadera armonía del diablo.
Me alegra sobremanera que se reúnan de nuevo y espero cruzarme con ellos pronto para darles un abrazo de bienvenida en su regreso a las canchas".
Daniel Rabinovich (Les Luthiers)
..."La Zamba de Argamonte es la zamba de un tipo que anda en medio del campo, en medio del campo, en medio de la oscuridad... porque sino lo van a agarrar, porque son cuatreros, los va a agarrar la policía... es maravillosa la Zamba de Argamonte y el final que le hice es... es en homenaje al Dúo salteño, que vuelve el Dúo salteño... Nunca en mi vida he deseado tanto que vuelva el Dúo salteño!" ...
Mercedes Sosa (De un reportaje realizado a Mercedes Sosa)
OPINIÓN DE ARTISTAS EXTRANJEROS ACERCA DEL DÚO SALTEÑO
"La verdad sea dicha, aprendí muchas cosas con Jaime Roos. También me hizo escuchar por primera vez el DUO SALTEÑO, palabras mayores del folclore argentino."
Laura Canoura (Artista uruguaya)
"El Dúo Salteño es lo mejor que he visto de dúo en mi vida. Yo tuve mucho contacto con la música polonesa, la francesa, la búlgara y de varios países del mundo en los que actué, nunca he visto un dúo que cante tan armoniosamente y diferente con cualidad como las voces del Dúo Salteño y los arreglos del Cuchi Leguizamón. Tengo todo eso guardado como un tesoro en mi casa. Un colega de ustedes me ha mandado hace unos ocho o diez años todo lo que tenía guardado del Dúo Salteño y él se dio cuenta cuánto me gustaba y yo tenía pocas cosas. Ahora creo que tengo casi todo de ellos, sigo buscando y escuchando esa forma, incluso a veces compongo por ese camino, no copiando, pero buscando esa forma de utilizar las voces como ellos lo hacían orientado por Leguizamón".
Luiz Carlos Borges (Músico brasileño)